Aunque no es común, hay casos graves y muertes por coronavirus reportados en niños, recordó la agencia de la ONU para la salud, quien pidió tener en cuenta una serie de recomendaciones antes de reabrir las escuelas y examinar el contexto de transmisión local. A la OMS le preocupa la salud no solo de los pequeños, pero también de los profesores y otros trabajadores de las instituciones educativas.
Reabrir las escuelas en medio de la pandemia de COVID-19 es una decisión compleja, debe tomarse a nivel local y contar con planes de seguridad, expresó este jueves la epidemióloga líder de la Organización Mundial de la Salud.
Maria Van Kerkhove recordó que la mayoría de los niños y adolescentes que son infectados con el virus tienen enfermedad leve, pero que esto no es algo universal.
“Tenemos ejemplos de niños que han desarrollado enfermedad grave y requerido cuidados intensivos, y algunos han muerto. No podemos decir que la enfermedad es universalmente leve o asintomática en niños”, dijo.
La doctora aclaró que los estudios aún continúan en curso, pero que aquellos publicados hasta ahora sugieren que, al comienzo de la pandemia, cuando la mayoría de los niños se encontraban en casa, fueron infectados a través del contacto con sus padres u otros adultos, pero también se comprobó que los niños infectaron a los mayores, aunque en una tasa más baja.
“Los niños y adolescentes pueden ser infectados, y algunos estudios indican que hay una diferencia en seroprevalencia dependiendo de las edades, los niños más jóvenes tienen el menor riesgo, que va a aumentado con su edad. Los adolescentes tienen tasas de infección similar a la de los adultos jóvenes”, explicó.
Van Kerkhove aseguró que los estudios de transmisión más recientes también han encontrado una diferencia entre edades.
“Vemos diferencias en la transmisión de los niños, todos pueden transmitir la enfermedad, pero parece ocurrir más entre los mayores”, dijo.
A la hora de abrir las escuelas, la Organización Mundial de la Salud, junto con UNICEF y otros socios han publicado una serie de recomendaciones para la reapertura, en las que se tienen en cuenta varios factores.
“Miramos cómo las escuelas operan y dónde están, porque como hemos dicho repetidamente las escuelas no operan aisladas, lo hacen en comunidades. Entonces si hay transmisión en las comunidades puede ocurrir en las escuelas y otros contextos dentro de esa comunidad”
La epidemióloga aseguró que a las agencias les preocupa los niños, pero también otros adultos que trabajan en las escuelas, y recordó que no todas estas instituciones son iguales en el mundo, en cuanto al lugar físico en el que operan y las condiciones en las que los niños están presentes.
“Algunos son internados, otras están al aire libre, otras funcionan diferentes días en diferentes edificios. Hemos dado recomendaciones para que puedan abrir de manera segura en términos de mirar las diferentes medidas de salud pública que se pueden implementar como la distancia física, las estaciones de lavado de manos, asegurarse del uso de mascarillas cuando es apropiado. También hay que considerar la ventilación, la desinfección de los salones, y asegurarse que las escuelas tienen planes para esto”, expresó la experta.
La doctora recalcó que es muy importante que las escuelas tengan planes preparados antes de reabrir, en el caso de que tengan un caso sospechoso, o un caso positivo, con pasos específicos a seguir. También debe haber un plan de comunicación que incluya hablar y escuchar a los niños, los padres, y los trabajadores de la escuela.
“Son cuestiones complejas y decisiones que deben tomarse a nivel local porque depende de lo que está pasando dentro de las comunidades. Todos reconocemos la importancia de las escuelas, no solamente por educación, pero por seguridad y hasta para alimentación en algunas situaciones”, concluyó.
Recomendaciones para tener en cuenta en las escuelas
La guía de la OMS detalla varias acciones y requisitos que deben revisarse y ponerse en práctica para garantizar la seguridad de los niños y el personal escolar mientras están en la escuela. Se deben considerar disposiciones especiales para el desarrollo de la primera infancia, las instituciones de educación superior, las escuelas residenciales o las instituciones especializadas.
La OMS recomienda lo siguiente:
Política, práctica e infraestructura: Asegurarse de que existan los recursos, las políticas y la infraestructura necesarios para proteger la salud y la seguridad de todo el personal escolar, incluidas las personas en mayor riesgo.
Aspectos de comportamiento: considere la edad y la capacidad de los estudiantes para comprender y respetar las medidas implementadas. A los niños más pequeños les puede resultar más difícil respetar el distanciamiento físico o el uso adecuado de mascarillas.
Seguridad y protección: El cierre o reapertura de la escuela puede afectar la seguridad y protección de los estudiantes y los niños más vulnerables pueden requerir atención especial.
Higiene y prácticas diarias: Se deben implementar medidas de higiene de manos y limpieza ambiental para limitar la exposición. Las escuelas deben considerar la capacitación del personal y los estudiantes, un horario para la limpieza diaria, la disponibilidad de instalaciones para la higiene de las manos y una guía nacional / local sobre el uso de mascarillas.
Examen y cuidado de estudiantes, maestros y otro personal escolar enfermos: las escuelas deben hacer cumplir la política de «quedarse en casa si no se encuentran bien», renunciar al requisito de una nota del médico, crear una lista de verificación para que los padres /estudiantes / personal decidan si ir a la escuela (teniendo en cuenta la situación local) y considerar las opciones de detección a la llegada.
Comunicación con padres y alumnos: las escuelas deben mantener informados a los alumnos y padres sobre las medidas que se están implementando para asegurar su colaboración y apoyo.
Medidas adicionales relacionadas con la escuela, como controles de inmunización y programas de vacunación de puesta al día: Garantizar la continuidad o expansión de los servicios esenciales, incluida la alimentación escolar y la salud mental y el apoyo psicosocial.
Distanciamiento físico: Se debe implementar un distanciamiento físico de al menos 1 metro entre las personas en las instalaciones de la escuela y en las aulas. Esto incluye aumentar el espacio entre los escritorios y organizar los recreos, descansos y almuerzos; limitar la mezcla de clases o grupos de edad; considerar clases más pequeñas o alternar horarios de asistencia y asegurar una buena ventilación en las aulas.
Aprendizaje a distancia: las opciones de aprendizaje a distancia, como la entrega de tareas, la transmisión de lecciones por radio o televisión y el apoyo de seguimiento frecuente, deben adaptarse a la situación.