Los Diálogos OECA analizan las aportaciones del pensamiento social cristiano a los ODS
El encuentro pone sobre la mesa los retos para un desarrollo sostenible y el papel de la sociedad civil
El Observatorio Empresarial para la Consecución de la Agenda 2030 (OECA), promovido por CEA con la colaboración de Unicaja Banco, ha hablado en un debate virtual, en el marco de los Diálogos OECA, sobre el ‘Desarrollo Humano Integral y Agenda 2030 – Aportaciones del pensamiento social cristiano a los ODS en la era de la pandemia COVID-19’.
Este nuevo Diálogo OECA ha contado con la participación de Cristina Calvo, Doctora en Economía del Comportamiento y Sociología Económica y Máster en Gobernabilidad y Desarrollo, miembro del Comité organizador del Evento la Economía de Francisco; Sebastián Mora Rosado, licenciado en Filosofía y Máster en Gestión Directiva de Entidades no Lucrativas, profesor de la Universidad Pontificia Comillas, e Ildefonso Camacho SJ, Doctor en Teología y Licenciado en Filosofía y en Ciencias Sociales, profesor de “Moral Social”, “Doctrina Social de la Iglesia”, y “Ética social y empresarial”.
Manuel Bellido avanzó que el objetivo del webinar era poner en diálogo el contenido de la Agenda 2030 con el pensamiento social cristiano. “¿Qué aporta la doctrina social de la Iglesia a los acuerdos internacionales más importantes de nuestros días, además, en este momento que vivimos atenazados por la pandemia del COVID-19?”, cuestionaba.
Cristina Calvo, miembro del Comité organizador del Evento la Economía de Francisco, apuntó que la Agenda 2030 “ha sido un avance en relación a los Objetivos del Milenio”, destacando que “no es tan tecnocrático como la propuesta anterior” y subrayando que “en el momento en que se lanzó, dio la posibilidad a los países de que tuvieran un marco contenedor en el diseño de las políticas públicas”.
Para Cristina, “ahora no se puede prescindir, cuando se piensa lo social, del tema ambiental”, señalando que “con la pandemia, la centralidad del cuidado, la fragilidad, la vulnerabilidad… entraron en el campo semántico. La nueva comprensión que tenemos del cuidado del ambiente y la casa común nos obliga a repensar estas categorías”.
“Tendríamos que ir dando pasos a institucionalizar esa gobernanza mundial, con una crisis profunda”, lamentó, reconociendo que “la crisis del multilateralismo es una realidad; estamos viviendo un plurilateralismo”, y apuntando que “el rol de la sociedad civil es fundamental. Se está dando muy poca importancia a cuánto todas estas organizaciones contribuyen al logro y la consecución de los ODS. Hay una asignatura pendiente”.
Por su parte, Sebastián Mora Rosado, profesor de la Universidad Pontificia Comillas, indicó que con los ODS y la Agenda 2030 “tenemos un buen instrumento de la realidad global, aunque no el único”, afirmando que “se ha planteado de forma muy permeable y con una buena trasversalidad. Todos tenemos que aportar desde nuestra atalaya”, aunque lamentó que, por la pandemia, “los ODS han pasado a un segundo nivel; necesitarían de una reformulación y un nuevo impulso”. Sebastián evidenció notar “un cierto aire marketing en el uso de los ODS, como si fueran una marca, pero que no permea en las personas y en la sociedad”.
El profesor recordó que “hay una afinidad conceptual y teórica del concepto de desarrollo sostenible con la idea de la Iglesia del desarrollo integral”, agregando que “no podremos luchar por un desarrollo sostenible sin introducir en el marco de la política el horizonte normativo”. “En ese desarrollo humano integral o en ese desarrollo sostenible es fundamental el cuidado. Este mundo, sin duda, necesita de elementos técnicos, pero también del cuidado, una categoría primaria”, insistió.
Para Sebastián, “el pensamiento social se habrá podido equivocar, pero sí ha sabido mantener una distancia crítica, y eso es un elemento sustancial en estos momentos”. “El pensamiento social puede ser una estrella para guiarnos como sociedad”, reafirmó.
En su caso, Ildefonso Camacho SJ, también quiso recalcar que “los Objetivos del Milenio, y más todavía, los ODS, refuerzan la realidad de la comunidad mundial”, destacando que en estos últimos “se implican más directamente todos los países y no aquellos en vías de desarrollo”. “Una sociedad globalizada donde cada vez existen menos fronteras necesita de una persona que ponga orden, pero esa persona no existe. Los ODS son un paso importante en este sentido”, aclaró.
Ildefonso, que confesó “tenerle mucho miedo a las palabras que se ponen de moda, y esto pasa un poco con solidaridad, es un concepto moral muy importante”, quiso señalar que “si el bien común es el marco que encuadra las obligaciones del Estado, hay que preguntarse quién se encarga de garantizar el bien común universal”.
Durante su intervención, también se cuestionó el papel que tendría la sociedad civil en la constitución de una “instancia mundial”, apuntando que “la clave última del conflicto está en la antropología, en la manera de entender a la persona humana y de organizar a la sociedad. Supone un enfoque que impulsa la acción concreta”.
Como viene siendo habitual, José María López, director de RSC de Unicaja Banco, se incorporó al final del encuentro, analizando las intervenciones de los participantes y recordando que “la Agenda 2030 representa el armazón ético de la sociedad”.
Finalmente, Manuel Bellido concluyó el acto adelantando que el próximo Diálogo OECA tendrá lugar el 27 de noviembre, hablando sobre la pandemia del COVID-19 y centrado en el ODS 3: Salud y Bienestar.