“Ahora que el uno por ciento de la humanidad está desplazada, y que la gran mayoría alojada en regiones en desarrollo enfrenta sus propios desafíos, las necesidades de protección están aumentando, pero existe un enorme déficit en términos de soluciones. Necesitamos que los países hagan más y nos ayuden a encontrar hogares seguros para aquellos cuyas vidas dependen de ello”, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, quien asiste a las Consultas Anuales Tripartitas sobre Reasentamiento (ATCR) esta semana.
La conferencia de reasentamiento de este año está organizada conjuntamente con el Gobierno de Canadá y el Consejo Canadiense para los Refugiados y se celebra virtualmente.
Según el informe de Necesidades mundiales de reasentamiento proyectadas para 2021, presentado hoy en el ATCR, los refugiados más expuestos y necesitados de reasentamiento incluyen a los refugiados sirios. Por quinto año consecutivo, los sirios representan a la población con las mayores necesidades de reasentamiento (41 por ciento), seguidos de los sursudaneses (9 por ciento) y los refugiados congoleños (9 por ciento).
“A pesar de la pandemia de COVID-19, el conflicto y la persecución no se han detenido y la gente de todo el mundo sigue huyendo de sus hogares en busca de seguridad”, dijo Grandi.
“El reasentamiento nunca puede ser una solución para todos los refugiados del mundo, pero para los pocos que están en mayor riesgo puede significar la diferencia entre la vida y la muerte”.
El reasentamiento, que implica el traslado de refugiados de un país de asilo a un país que ha aceptado admitirlos y otorgarles un asentamiento permanente, ayuda a garantizar la protección de aquellos cuyas vidas pueden estar en peligro o que tienen necesidades específicas que no pueden abordarse en el país donde han buscado protección.
Los países en desarrollo albergan al 85 por ciento de los refugiados del mundo. Por región de asilo, la región del Este y el Cuerno de África siguen representando las mayores necesidades de reasentamiento. Le sigue Turquía, que alberga a 3,6 millones de refugiados, Oriente Medio y África del Norte y África Central y la región de los Grandes Lagos.
Uno de los objetivos clave del Pacto Mundial sobre Refugiados es compartir la responsabilidad y mostrar solidaridad con los estados que apoyan a grandes poblaciones de refugiados, aumentar las oportunidades para que los refugiados se trasladen a terceros países a través del reasentamiento y vías complementarias de admisión, incluidas las rutas familiares, laborales y de estudio.
El año pasado, ACNUR y sus socios lanzaron una Estrategia Trienal de ACNUR sobre Reasentamiento y Vías Complementarias, que prevé el reasentamiento de un millón de refugiados y la admisión de dos millones de refugiados a través de vías complementarias para 2028. Para lograr este objetivo, se necesitan más países dentro del programa de reasentamiento y mayor oferta de plazas para refugiados.
En 2019, 26 países admitieron a 107.800 refugiados para el reasentamiento, de los cuales casi 64.000 fueron con la asistencia del ACNUR. Este año, los Estados han puesto a disposición del ACNUR solo 57.600 plazas de reasentamiento. Desafortunadamente, la COVID-19 afectará la concreción completa de estos espacios de reasentamiento.
“Hago un llamado a todos los países para que den un paso adelante y hagan contribuciones adicionales para apoyar a los refugiados más vulnerables, incluso a través del reasentamiento, corredores humanitarios y otros esquemas de admisión, así como arreglos de educación, trabajo y reunificación familiar. La necesidad de solidaridad es ahora más urgente que nunca”, dijo Grandi.