Las tensiones entre los países de la región aumentan y la confianza disminuye, alertó el titular de las Naciones Unidas, quien pidió basarse en “una humanidad compartida” para ayudar a resolver crisis tan graves como la de Yemen. António Guterres también sugirió la creación de una nueva arquitectura de seguridad regional.
El Secretario General de la ONU pidió este martes al Consejo de Seguridad que trabaje unido para promover la paz y la seguridad en el Golfo Pérsico, crear un “clima de confianza” y mejorar las perspectivas de diálogo.
“Vayamos más allá de las rivalidades destructivas y reconozcamos lo que nos une. Mantengamos los intereses del pueblo de la región al frente y al centro: sus aspiraciones de libertades, oportunidades, mejores niveles de vida y paz”, subrayó António Guterres.
El titular de la ONU dijo que “es claro que las tensiones están aumentando” y que la confianza es baja.
“Algunos países pueden sentir que otros están interfiriendo en sus propios asuntos o en los de sus vecinos. Algunos pueden creer que no se reconoce su papel regional. Desde mayo de 2019, una serie de incidentes de seguridad han elevado las tensiones a nuevos niveles, aumentando la preocupación por un conflicto mayor”, informó a los quince miembros del Consejo.
Agregó que hay que tener en cuenta que cualquier error de cálculo puede escalar rápidamente, y reiteró su llamado para que los países actúen con la máxima moderación y se abstengan de realizar acciones que puedan tener efectos desestabilizadores.
“La situación regional subraya la urgente necesidad de trabajar colectivamente para reducir las tensiones y prevenir los conflictos. El primer paso para hacerlo es identificar medidas viables de fomento de la confianza que puedan abordar cuestiones de interés mutuo”, apuntó.
Un precedente histórico
Según Guterres, la experiencia de la Guerra Fría mostró que, independientemente de los enfrentamientos y las profundas divisiones de la época, es la diplomacia fue posible, y citó el lanzamiento del proceso de Helsinki, que mejoró las relaciones entre la entonces Unión Soviética y los países de Occidente.
“Varios países han hecho sugerencias, al igual que yo, con respecto a la situación en la región del Golfo Pérsico. Aún no ha sido posible lograr el consenso de todos los actores clave que deben participar. Pero, recordando Helsinki, espero que sea posible establecer una plataforma similar, comenzando con una serie de medidas de fomento de la confianza”, expresó.
Para Guterres, esas medidas deben incluir formas de combatir el COVID-19, de promover la recuperación económica, de garantizar la navegación marítima sin obstáculos y de facilitar las peregrinaciones religiosas.
“A largo plazo, se podría establecer una nueva arquitectura de seguridad regional para abordar las preocupaciones legítimas de seguridad de todas las partes interesadas”, dijo, y añadió que de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y con su propio papel de buenos oficios, está dispuesto a convocar cualquier forma de diálogo regional.
Los retos continúan en Yemen
Guterres expresó una vez más su preocupación por la situación en Yemen, donde seis años de guerra han devastado la vida de millones de personas y socavado los esfuerzos de fomento de confianza en la región.
“He pedido un alto el fuego global inmediato para centrarse en la única lucha verdadera: la batalla contra la pandemia de COVID-19, y el Consejo de Seguridad se ha sumado a este llamamiento. Pero como dije en mi discurso ante la Asamblea General, debemos redoblar nuestros esfuerzos. El reloj no se detiene y la gente se muere. Yemen es la prueba de la necesidad de lograr un alto el fuego ahora mismo”, aseveró.
El titular de la ONU calificó como un “rayo de esperanza” el hecho de que la semana pasada, las partes del conflicto en Yemen liberaran a más de milprisioneros, en el mayor intercambio ocurrido desde el comienzo del conflicto.
“Esta acción no solo reunió a muchas familias yemeníes con sus seres queridos, sino que también demostró que las partes pueden llegar a un acuerdo y cumplir sus compromisos”, recalcó, y agregó que las Naciones Unidas continuarán facilitando las negociaciones entre las partes yemeníes sobre la Declaración Conjunta, que comprende un alto el fuego en todo el país, medidas para propiciar la confianza económica y humanitaria, y la reanudación del proceso político.
Guterres afirmó que a pesar de los avances la situación de seguridad en el país sigue siendo frágil y que en las últimas semanas se ha visto una escalada del conflicto, especialmente en las provincias de Al Jawf, Ma’rib y Hudaydah.
“Esta última es motivo de gran preocupación, ya que corre el riesgo de socavar el Acuerdo de Estocolmo de 2018. Afortunadamente, por ahora, las hostilidades han disminuido, pero esto no es suficiente. Necesitamos un alto el fuego inmediato y volver a la mesa de negociaciones para llegar a un acuerdo político que ponga fin a la guerra. Nada menos será suficiente”, expresó.
“Este conflicto es un recordatorio de que, a menos que abordemos los desafíos regionales urgentes e inmediatos, la inestabilidad podría extenderse más y más”, acotó.
EL Secretario General recordó que Yemen sigue siendo la mayor emergencia humanitaria del mundo y advirtió que “la hambruna se avecina” y todo se ve agravado por la continua propagación del COVID-19, que no respeta fronteras.
“Me sentí alentado cuando varios países del Golfo expresaron su apoyo a mi llamado de alto el fuego global y enviaron ayuda humanitaria a los países afectados de todo el mundo. Felicito estos esfuerzos e insto a los países a que renuncien a cualquier sanción que pueda afectar negativamente el acceso a la asistencia médica y humanitaria vital en medio de esta pandemia”, enfatizó.
Otros esfuerzos de paz
En su discurso, el Secretario General también expresó su apoyo a los esfuerzos lanzados por Kuwait para promover el diálogo y resolver las tensiones entre los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo.
“Espero que esa disputa se pueda resolver pronto, en un momento en que se necesita la unidad para abordar los muchos desafíos que enfrenta la región”, dijo.
También indicó que para mantener la estabilidad regional es crítica la no proliferación nuclear y declaró una vez su apoyo al Plan de Acción Integral Conjunto con Irán.
El impulso del Consejo de Seguridad
El Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, presidió y convocó a la reunión de alto nivel del Consejo de Seguridad.
Así como el Secretario General, Lavrov expresó su apoyo al acuerdo con Irán, y dijo que Rusia se mantiene completamente comprometida y convencida de que el Plan de Acción debe preservarse para proteger sus “maravillosos resultados”.
El canciller advirtió que la región se encuentra al borde de otro conflicto, y que es necesario que los países y la comunidad internacional colaboren para alejarse de ese camino.
“Todos recordamos la atmosfera al comienzo de este año cuando hubo preocupaciones de una verdadera guerra a gran escala en el Golfo Pérsico. El peor escenario se evitó, pero aún no vemos la base de la calma, la situación se mantiene frágil y podría volverse peligrosa e impredecible de nuevo, particularmente por los enfrentamientos y conflictos de un componente religioso que ya existen”, advirtió.
Lavrov aseguró que Rusia confía en que todos están interesados en mantener la paz y la seguridad de la región a pesar de los intentos de acciones unilaterales, a las que calificó de improductivas y de métodos de extorsión para demonizar a un solo país.
“Tenemos que devolvernos del borde del abismo y evitar sanciones, ultimátum y acciones provocadoras, de donde sea que vvengan, e incluso dentro de las mismas tensiones que ya están curso, esto se puede lograr y estamos convencidos de ello”, puntualizó.
El ministro sostuvo que el presidente Vladimir Putin quiere hacer una reunión con los jefes de Estado de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, así como con Alemania e Irán, para llegar a un nuevo concepto colectivo de arquitectura de seguridad para la región.
“Llegar a esto no será ni fácil ni rápido, pero es algo que los países de la región deben hacer ellos mismos, y el trabajo nuestro es ayudarles a crear condiciones que los acerquen y los ayuden a superar impases históricos que los dirijan a un diálogo. Todo esto basado en el derecho internacional”, afirmó.
Por su parte la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Kelly Craft, consideró que, si se va a hablar de manera constructiva sobre la inestabilidad de la región, se debe “aceptar que el mayor impulsor de esta es Irán”.
“Solamente imagínense como Oriente Medio sería de seguro si Irán respetara las resoluciones del Consejo de Seguridad, imagínense cómo los países podrían crecer y desarrollarse sin la amenaza inminente de un ataque con misil o con dron, o el miedo constante de que Irán sabotee las líneas internacionales de carga, imagínense si este Consejo pudiera hacer a Irán responsable por sus actos”, señaló.
Craft agradeció a Rusia por convocar la reunión sobre el Golfo Pérsico, pero dijo que “respetuosamente” no estaba de acuerdo con la solución propuesta.
“La comunidad internacional no necesita otro mecanismo para promover la seguridad del Golfo, en el Consejo de Seguridad ya tenemos todas las herramientas para detener a Irán, simplemente tenemos que decidirnos a hacerlo. Nosotros lo seguiremos haciendo, así signifique actuar de manera unilateral”, concluyó.