Sevilla, 22 de febrero de 2023. Fuente: prevencionar.com
Umivale Activa prepara una campaña de concienciación ante este tipo de riesgos psicosociales con motivo del Día de la Psicología
El 30 por cien de profesionales en España reconoce que, desde la pandemia, ha aumentado su sensación de agotamiento o fatiga en su puesto de trabajo, lo que se conoce como burnout, según la guía del mercado laboral 2022 publicada por la empresa Hays.
Coincidiendo con el Día de la Psicología en España, la mutua Umivale Activa ha publicado una campaña de concienciación ante este y otros tipos de riesgos psicosociales como el mobbing o acoso psicológico y las agresiones en el trabajo.
Compuesta por tres fichas informativas y tres audiovisuales, la iniciativa, puesta en marcha desde el Servicio de Actividades Preventivas de Riesgos Laborales de la mutua, pone el foco en cómo detectar este tipo de riesgos y cómo actuar desde las empresas.
Síndrome de burnout en el ámbito laboral
El síndrome de desgaste profesional es un estado de agotamiento mental, emocional y físico que se presenta como resultado de exigencias agobiantes, estrés crónico o insatisfacción laboral. Puede afectar a las personas trabajadoras a nivel personal, social y laboral.
Para José Luis Cebrián, Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales de Umivale Activa, existen factores personales que pueden hacerte más propenso a padecer este síndrome como «tener poca tolerancia al estrés y a la frustración o disponer de un elevado sentido de la responsabilidad» pero también existen factores dentro de la organización que pueden originar este estado de agotamiento.
«Una mala distribución de horarios, desequilibrio entre el volumen de trabajo, las expectativas y los recursos disponibles, un mal ambiente laboral, la falta de prevención de riesgos laborales psicosociales o la falta de oportunidades de mejora laboral pueden propiciar el burnout«, apunta Cebrián.
Los principales síntomas para la salud que se manifiestan son el agotamiento emocional y físico, el incremento de la irritabilidad y la pérdida de motivación y autoestima.
Algunas medidas preventivas que se pueden adoptar por parte de la empresa pasan por promover la seguridad en el empleo, definir con claridad los puestos de trabajo acordes a las capacidades de la persona que lo ocupa, promover el trabajo en equipo y facilitar la flexibilidad horaria y las rotaciones, entre otros. Además, es aconsejable poner en práctica programas de formación continua y dotar a los trabajadores de herramientas para manejar la ansiedad y el estrés.
Acoso psicológico en el trabajo o mobbing
El mobbing es la situación en la que una persona o un grupo ejercen una presión psicológica extrema, de forma sistemática y durante un tiempo prolongado sobre otra persona en el lugar de trabajo, lo que provoca daños a su salud. En función de hacia quién va dirigido podemos hablar de acoso descendente (a una persona subordinada), horizontal o ascendente.
«Las acciones de violencia psicológica en el puesto de trabajo pueden consistir en ataques con medidas organizativas, amenazas con violencia física o agresiones verbales, entre otras», ha destacado Cebrián.
La persona trabajadora afectada puede desarrollar ansiedad, apatía, frustración, problemas de atención, depresión, trastornos del sueño, trastornos psicosomáticos y musculoesqueléticos, hasta intentos de suicidio. Además, este tipo de situaciones repercuten no solo en la víctima, sino también en su entorno laboral o personal.
Entre las medidas preventivas que se pueden poner en práctica desde las empresas destacan las siguientes: promover la participación en la organización del trabajo, diseñar canales fluidos de comunicación o identificar claramente las funciones de cada persona. En el plano psicosocial, implantar mecanismos de motivación que garanticen el reconocimiento social, rediseñar tareas monótonas y repetitivas o elaborar programas de formación con contenidos psicosociales.
Agresiones en el puesto de trabajo
Por último la campaña recoge también medidas preventivas frente a conductas agresivas en el entorno laboral. Las agresiones pueden darse en casos en los que la persona agresora no tiene ninguna relación con la víctima, entre personas en las que existe una relación profesional o en situaciones en las que la persona agresora tiene una implicación personal con el centro de trabajo o con alguien de la plantilla.
«Disponer de una buena iluminación y visibilidad, instalar cámaras de seguridad y disponer de zonas seguras para las personas trabajadoras pueden ser algunas medidas de prevención. También ubicar las cajas registradoras o artículos de valor fuera del alcance de los clientes, instalar mostradores anchos o más altos y habilitar zonas de espera confortables», apuntan desde la mutua.
Conviene adecuar la plantilla al volumen de trabajo y hacer rotaciones entre los puestos de mayor riesgo. Promover la formación en el manejo de conflictos, implantar procedimientos para casos de emergencia y seleccionar sistemas de seguridad de fácil manejo son otras de las medidas que se pueden adoptar desde las empresas.