Sevilla, 17 de marzo de 2023. Fuente: transporteprofesional.es
Maider Sáenz, responsable de Prevención de Riesgos en ANET (Asociación Navarra de Empresarios de Transporte por Carretera y Logística) analiza en este artículo de opinión la implicación del sector en la prevención de riesgos laborales.
En estos 10 años dedicada a la Prevención de Riesgos Laborales (PRL) en el transporte, he contado con la oportunidad de visitar numerosas empresas del sector, así como de observar y participar en la evolución de la prevención en organizaciones con características diferentes. Y he advertido de que, a pesar de estas diferencias, todas las empresas de transporte coinciden al priorizar las medidas preventivas y/o correctoras relacionadas con los ámbitos de la higiene y de la seguridad en el trabajo, mientras que la ergonomía y psicosociología resulta más complicada de aplicar, si bien no debería quedar en un segundo plano.
La complejidad para medir resultados y aplicar medidas correctoras en estos dos últimos aspectos conlleva que no se le otorgue la importancia que tiene en la Prevención de Riesgos Laborales, así como en los beneficios de la empresa. Un claro ejemplo de su relevancia la he observado en los últimos estudios que he realizado para conocer el grado de riesgo psicosocial de los trabajadores, y cuyos resultados han variado para mejor en las respuestas sobre el peso del ritmo de trabajo, desde la prohibición de la carga y la descarga por parte del conductor.
Sin embargo, el ritmo de trabajo y la previsibilidad siguen siendo los dos aspectos que peores resultados obtienen en este cuestionario para medir el estrés al que se enfrentan los trabajadores del transporte. Mayormente, a causa de factores externos e inherentes a la profesión, como son el trato por parte de los clientes, el aumento de la demanda en paquetería o las dificultades para descansar en las rutas internacionales, muy grosso modo; y que incorporan a la rutina una carga de trabajo que puede acumularse sobremanera en momentos puntuales complicados de predecir y de preparar.
“Dar la importancia que tiene a la salud mental otorga beneficios más allá de la prevención de riesgos laborales”
Como medidas correctoras, la ergonomía y psicosociología, completamente relacionadas por las afecciones que tiene nuestro estado físico en nuestro estado mental y emocional, y viceversa, se caracteriza por ser un área que no obtiene una solución o resultado inmediato al implantarse medidas correctoras. A diferencia de las medidas para prevenir riesgos en seguridad o en higiene laboral, mejorar las condiciones ergonómicas y psicosociales conlleva tiempo, seguimiento y compromiso constante por parte de la gestión empresarial.
En consecuencia, termina por no otorgarse la relevancia que tiene, incluso más en el caso de la psicosociología. Así como en ergonomía ha calado ya la necesidad de adaptar el puesto de trabajo a la persona, y no al revés, esta realidad no se ha hecho eco lo suficiente a la hora de adaptar los horarios y formas de trabajo a la realidad inherente de cada persona. Por ejemplo, todos los trabajadores tienen situaciones personales diferentes y, por lo tanto, debería tenerse en cuenta que las prioridades y necesidades serán distintas para cada uno.
Atender cada caso es clave para prevenir riesgos, cuidar la salud mental y ganar eficiencia y motivación entre los empleados, que son, al fin y al cabo, quienes hacen y mueven la empresa. Las dificultades para encontrar nuevos trabajadores no van a resolverse hasta que no se considere su bienestar psicosocial en los planes preventivos, integrados en la gestión de la empresa.
En conclusión, se puede afirmar que dar la importancia que tiene a la salud mental otorga beneficios más allá de la prevención de los riesgos laborales y, con las dificultades inherentes al transporte, es prioritario considerarlas si queremos asegurar el bienestar, la atracción de talento y su permanencia en el sector.