Sevilla 14 de abril de 2023. Fuente: hola.com
14 de abril de 2023, día en el que la deportista de élite Beatriz Flamini ha vuelto a la vida. Este viernes ha retomado el contacto con el mundo exterior después de «un año y medio sin hablar con nadie, solo conmigo misma». Durante 509 días ha estado en una cueva de Motril (Granada) como parte de un experimento científico que estudiará ahora cómo afectan a nivel neurológico estas condiciones extremas. La protagonista de la historia que va a convertirse en documental tiene claro que, al margen de las dificultades y los contratiempos a los que se ha enfrentado desde el 21 de noviembre de 2021, ha sido una experiencia «excelente e insuperable». Te contamos a continuación todo sobre la alpinista.
Flamini es de origen madrileño, tiene 50 años (ha pasado dos cumpleaños en la cueva) y su rutina gira en torno al deporte. Es alpinista, escaladora y se ha formado como técnico superior deportivo y es docente de guías de baja y media montaña, liderazgo, trabajo en equipo, prevención de riesgos laborales en altura, espacios confinados y trabajos verticales. Amante de los retos, Beatriz es experta en soledad y autosuficiencia en montaña. De hecho ha realizado expediciones sin ninguna compañía, la última de ellas a Mongolia poco antes de instalarse a 70 metros bajo tierra en el que ha sido su hogar estos meses y de donde «no quería salir».
La deportista de élite, que pasa automáticamente al Libro Guinness de los Récords, es aficionada a la pintura y a tejer, dos actividades que ha hecho en los días que ha pasado en la cueva de la que únicamente salió ocho días por un fallo en el router que le permitía trasladar al exterior cómo se encontraba y sus necesidades. También ha aprovechado la soledad para leer y escribir, de hecho esos relatos van a ser publicados en forma de libro. Al salir, Beatriz se ha puesto al día de todo lo que ha ocurrido en el mundo durante su ‘ausencia’, como la guerra de Ucrania, el alivio de las restricciones sanitarias y el fallecimiento de Isabel II, noticia que le ha impactado.
Los detalles de su insólita experiencia
Beatriz ha explicado que empezó a llevar la cuenta de los días que pasaban pero cuando llegó a 65 perdió la noción del tiempo y la memoria cercana. Para saber cuándo tenía que comer o dormir no disponía de un reloj, así que se guió únicamente por sus sensaciones. Ha echado de menos a las personas de su entorno, pero ha reconocido en una rueda de prensa que se ha llevado muy bien consigo misma. En ningún momento se ha planteado abandonar el reto a pesar de dificultades como las alucinaciones auditivas y una invasión de moscas por las que estuvo a punto de perder el control.