Sevilla, 17 de febrero de 2023. Fuente: www.laopiniondemalaga.es
Una baja laboral es un periodo en el que el empleado está incapacitado temporalmente para trabajar
En España, cuando sufrimos cualquier tipo de enfermedad. tenemos derecho a pedir una baja laboral o Incapacidad Temporal: una situación en la que el empleado se encuentra impedido temporalmente para trabajar «debido a una enfermedad común o profesional y accidente, sea o no de trabajo, mientras reciban asistencia sanitaria de la Seguridad Social«.
Mientras estamos de baja laboral, tenemos derecho a cobrar parte de nuestro salario: un 75% de la base de cotización que, en caso de accidente laboral, deberá abonar la empresa y en el caso de enfermedad profesional, la mutua contratada por la compañía. Para el resto de enfermedades, las que no tienen ninguna relación con el puesto de trabajo del empleado, será la Seguridad Social la que se hará cargo de afrontar la nómina del paciente.
En 2022, se decidió que ya no es necesario que el trabajador entregue la baja firmada por el médico de cabecera a la Seguridad Social, y que a partir de ahora será el propio personal sanitario quien se encargue de trasladar al organismo que el ciudadano está incapacitado durante un tiempo determinado para realizar sus actividades laborales.
Cuando nos tomamos una baja médica es importante que aprovechemos el tiempo para descansar y recuperarnos, evitando cualquier actividad que pueda suponer un agravio de nuestro estado de salud. En algunos casos, el ser pillado haciendo una actividad contraria a la recomendada por los médicos puede suponer una anulación de la baja e incluso un despido justificado.
¿Qué pasas si conduzco mientras estoy de baja?
La normativa de la Dirección General de Tráfico deja claro, en los artículos 17 y 18, que «los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar a sus vehículos o animales» y que «está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía».
En este sentido, según algunas interpretaciones, conducir mientras tenemos alguna enfermedad podría suponer un riesgo para nuestra vida y para la de los demás, además de un posible motivo de sanción. La propia DGT recordaba que estornudar al volante puede provocar la pérdida de control del vehículo entre 60 y 100 metros.