Artículo del presidente de la CEA publicado en Agenda de la Empresa Nº 194
Siempre se ha dicho que cuando montas en bicicleta si no pedaleas te caes. Es la forma más gráfica de explicar la necesidad de estar constantemente evolucionando, cambiando y mirando al futuro para continuar con tu labor.
Subir el Tourmalet, o cualquier de esas grandes cumbres que nos muestran la heroicidad de los ciclistas cada verano, requiere no sólo de unas piernas sólidas y fuertes, sino de un generoso trabajo en equipo y una adecuada preparación en toda la temporada de invierno.
Aprendo cada día de los esforzados atletas; me asombra su capacidad de sacrificio y su fe inquebrantable para alcanzar la cumbre. Y lo grande, lo extraordinario, es que lo consiguen.
Hoy día, la capacidad representativa de una organización empresarial se podría equiparar, más que nunca, a esas heroicas gestas deportivas. Son muchos los elementos que han afectado a las organizaciones: la desafección generalizada hacia todos los marcos institucionales, la grave crisis económica, la pérdida de confianza en la política y en la economía, las políticas de ajustes presupuestarios, el desempleo y los problemas sociales que le acompañan.
Para dar una respuesta empresarial a todo ello hemos venido insistiendo en que una nueva CEA, es posible. Una CEA cuya misión tenemos muy clara: la representación de las empresas para fortalecer el desarrollo económico y social de Andalucía. Esta es nuestra principal fortaleza, el carácter representativo de la organización y su relevancia constitucional y estatutaria.
Esta misión la tenemos que desarrollar sobre la base de unos valores que son inequívocamente compartidos por todos los que conforman la organización: representatividad, unidad, independencia, defensa de la libre competencia, de la libertad de empresa, de la unidad de mercado; participación, democracia, igualdad.
El pasado 11 de septiembre el Comité Ejecutivo aprobó la formulación de un Plan de Acción de la organización que tiene como objetivo la modernización y transformación de la misma, adaptándola a los nuevos tiempos. Para ello hemos asumido la necesidad de inspirarnos en cuatro grandes principios sobre los que deben girar todas nuestras actuaciones futuras: transparencia, participación, gestión eficiente y reputación. A partir de todo ello surgen tres grandes estrategias: institucional, económica y de comunicación e imagen.
La institucional supone una reforma en profundidad de los Estatutos de la organización, la elaboración de un código ético y la adopción de normas de buen gobierno y transparencia. Se trata de preparar adecuadamente a la organización para los nuevos tiempos, sentar las bases legales y organizativas de esa nueva CEA que ya estamos construyendo.
Una reforma de los Estatutos que los actualice y modernice, que facilite incrementar el nivel de participación interna, que dé respuesta a novedades legales, que adapte sus contenidos a la nueva sociedad digital y tecnológica, que actualice el marco interno a las necesidades derivadas de la prestación de servicios con carácter mercantil, que abra el debate sobre temas como la limitación de mandatos o la composición de los órganos de gobierno, sin olvidar el nuevo papel de las empresas en las organizaciones confederadas o las relaciones con entidades creadas o vinculadas a la organización.
Un código ético que determine muy bien quienes son los sujetos afectados por el mismo, que tenga en consideración la naturaleza jurídico privada de la organización, que garantice la compatibilidad entre el derecho a la libre expresión y las obligaciones de confidencialidad y promoción de la reputación, que facilite la actividad, la confianza y la seguridad en todos sus miembros, que desarrolle los principios éticos institucionales propios de la organización.
Y unas normas de buen gobierno y de transparencia, sobre todo en las relaciones económicas con terceros, con un sistema objetivo de contratación con terceros, que responda a principios éticos de contratación, favoreciendo además la competitividad de la propia organización, dotándola de mecanismos de contratación y licitación interna. софт для онлайн казино
Finalmente y como elemento positivo para facilitar e incentivar la participación, debe generarse la suficiente seguridad jurídica entre todos los cargos representativos y técnicos de la organización, para lo cual debe contarse con un Plan de responsabilidad de los administradores. Esa estrategia institucional se une a la estrategia económica que ya está en funcionamiento y que coincide con el plan de viabilidad en marcha y un plan de promoción asociativa.
Todo este proceso de transformación y modernización requiere ser completado con una estrategia global de comunicación e imagen que incida sobre la reputación de la organización, y que requerirá de un plan de comunicación institucional y un plan de marketing.
Subir un gran puerto de montaña requiere solidez, trabajo en equipo y preparación. Ése es el objetivo del Plan de Acción que la CEA desarrollará en los próximos meses para que, en enero del 2015, estemos en disposición de seguir liderando la comunidad empresarial, para ello necesitamos la ayuda de todos los miembros de la organización y de aquellos que no lo sean y quieran aportar sus ideas y propuestas.
Todos quedan invitados a participar (info@cea.es).