Artículo del Presidente de CEA en Agenda de la Empresa Nº 212
Es evidente que Andalucía necesita más empresas. Ésa es nuestra gran asignatura pendiente. Entre 2008 y 2013, a consecuencia de la profunda crisis, nuestra región perdió más del 10 por ciento de su tejido empresarial. Ello supuso la desaparición de alrededor de 54.000 empresas. Y medido en términos de empleo, conllevó directamente la pérdida de alrededor de 300.000 puestos de trabajo en nuestra Comunidad Autónoma.
Objetivamente, vemos cómo suele existir una relación entre mortandad de empresas y posible exclusión social. Por tanto, si queremos mejorar el bienestar de nuestra sociedad, tenemos que incrementar la natalidad de las empresas.
Es cierto que en los últimos 25 años, nuestra economía andaluza ha crecido un 50 % en términos reales. El porcentaje de población activa sin estudios se ha reducido del 17% al 3%; mientras que con estudios técnicos, universitarios y superiores ha evolucionado del 15% al 40%. Y aunque el volumen total de empresas en la región se ha duplicado en este periodo, aún persisten serias debilidades.
Si observamos la densidad empresarial, que es un buen indicador que mide la propensión a emprender de la sociedad; Andalucía aún se sitúa sensiblemente por debajo de la media. Así, con una densidad de 57 empresas por cada mil habitantes, en nuestra región harían falta cerca de cien mil empresas más para igualar la media nacional, que se sitúa en el 68 por mil.
Igualar la media nacional; es decir, consolidar cien mil empresas más en Andalucía, supondría disponer de la capacidad para generar en torno a medio millón de nuevos empleos en nuestra comunidad; o lo que es lo mismo, recortar la tasa de paro regional en más de diez puntos porcentuales y, por tanto, evitar la exclusión de una gran parte de la población andaluza.
Pero, además de aumentar el número, mediante la creación de nuevas iniciativas empresariales, debemos tener presente que en Andalucía, nueve de cada diez empresas tienen menos de diez trabajadores en plantilla son microempresas-, de las que más de la mitad no dispone de ningún trabajador en plantilla. Nuestro tejido empresarial está atomizado y precisa aumentar su dimensión. Es decir, Andalucía necesita más empresas, pero también de más dimensión a las existentes.
Evidentemente, nuestras empresas van ganado tamaño con el tiempo y, en este sentido, estudios internacionales apuntan a la relevancia de las pymes jóvenes en la creación de empleo neto en un territorio, mientras que el mantenimiento de los niveles de empleo se vincula con la permanencia de empresas ya dimensionadas en el mercado.
En suma, no sólo la aparición de nuevas iniciativas; sino, sobre todo, posibilitar la consolidación, crecimiento y desarrollo de las empresas, resultan aspectos clave a atender por la política económica y de fomento empresarial a desarrollar en Andalucía, para poder crear riqueza y más empleo en la región.
Centrándonos en la creación de empresas, es cierto que aunque todavía tímidamente, la crisis ha suscitado, en parte por necesidad, un crecimiento de la vocación empresarial entre los jóvenes de nuestra región. Jóvenes, que además cada vez están mejor formados, y, por tanto, están más orientados a la búsqueda de asesoramiento útil, son más proclives al uso de redes sociales, encuentros de networking, entre otras herramientas para el emprendimiento y la creación de empresas.
Tiene una gran importancia que estos futuros empresarios reciban el apoyo de la sociedad y de las administraciones. Es necesario que puedan encontrar un escenario amplio y expedito de obstáculos y trabas administrativas y fiscales para que sus ideas prosperen y se conviertan en realidad, formando parte de nuestro tejido productivo.
Proporcionarles apoyo es una labor no sólo necesaria, sino también fructífera a medio y largo plazo para toda la sociedad, porque son los emprendedores quienes, con su esfuerzo y su capacidad para la asunción de riesgos, exploran nuevos espacios de mercado, generan nuevos productos y servicios para el bien común creando nuevas empresas, que, en definitiva, impulsan nuestro desarrollo social y económico.
Por nuestra parte, como organización empresarial, tenemos actualmente en marcha el proyecto Fomento de la cultura emprendedora y del autoempleo, en colaboración con la Consejería de Economía y Conocimiento para apoyar a los emprendedores y asistirles en la fase de diseño y consolidación de sus empresas. El programa se promueve bajo el lema +Empresas, y se están desarrollando numerosos servicios de asesoramiento especializado en la creación de empresas, siendo un excelente ejemplo de colaboración público-privada.
Ésta es nuestra aportación directa para que se creen más empresas, con más tamaño y, así, también más empleo. Labor que forma parte de nuestra acción desde hace más de treinta años a favor de las vocaciones empresariales y de los sectores productivos de Andalucía.
Lo jóvenes que hoy se forman son el porvenir de nuestras empresas y de nuestra sociedad. Ayudémosles, porque su ilusión, su capacidad de trabajo, su disposición para desarrollar ideas propias y su compromiso con el entorno, serán pilares necesarios para asegurar las empresas del mañana.
Javier González de Lara y Sarria