Voluntariado empresarial

¿Qué es?

El voluntariado empresarial, o voluntariado desde las empresas, puede ser definido como la puesta en marcha de iniciativas y actividades solidarias, promovidas y facilitadas por la empresa, en las que las personas empleadas se involucran y participan a través de la dedicación de su tiempo, capacidades y talento.

El artículo 28 de la Ley Andaluza de Voluntariado, sobre su promoción desde las empresas, establece que:

La negociación colectiva podrá concretar y regular los mecanismos que faciliten a las personas trabajadoras compatibilizar y conciliar sus obligaciones laborales con su actividad de voluntariado.
Las empresas podrán promover y participar en programas de voluntariado siempre que las actuaciones que realicen se canalicen a través de entidades de voluntariado mediante la formalización del correspondiente acuerdo de colaboración, que las actividades previstas puedan calificarse como de interés general, se incluyan en alguno de los ámbitos de actuación del voluntariado y respeten los valores y principios que inspiran la acción voluntaria.
Las actuaciones de voluntariado de las empresas se llevarán a cabo mediante la incorporación de quienes decidan participar libre y voluntariamente como personas voluntarias en programas promovidos por entidades de voluntariado en colaboración con la empresa. Estas personas deberán formalizar el correspondiente acuerdo de incorporación con la entidad a la que se incorporen, así como el cumplimiento del resto de requisitos y normas de la entidad de voluntariado.

En esta línea, la inversión social que una empresa puede llevar a cabo en la comunidad en la que opera puede adoptar formas muy variadas. Dentro de esta gran variedad de acciones socialmente responsables, el voluntariado empresarial (desde la empresa, en la empresa o para la empresa) se constituye en una excelente opción estratégica, ya que ofrece una serie de beneficios tanto para la empresa, como para las personas empleadas, las entidades no lucrativas y la comunidad donde conviven todos y todas las involucradas.

Ventajas

Ventajas para la empresa

Recursos Humanos

Ayuda a que las personas empleadas desarrollen competencias y habilidades como el liderazgo, la iniciativa propia, la creatividad y el trabajo en equipo, que difícilmente pueden conseguirse con políticas de formación.
Aumenta el grado de implicación y orgullo de pertenencia de las y los trabajadores con las políticas de proyección social de la empresa en la que trabajan.
Mejora el clima laboral dentro de la empresa y reduce el peligro de problemas causados por el estrés, la competitividad o el burn out con la generación de espacios de colaboración filantrópicos.
Aumenta el atractivo de la empresa para las y los empleados potenciales.
Supone una mejora y una mayor exigencia del compromiso interno por la ética en la actuación de la empresa.

Reputación

Impacta positivamente en la imagen pública de la organización y su reputación institucional, lo que puede contribuir a reforzar la fidelidad hacia la marca.

Gestión

Fomenta una visión integral y global de la empresa valiosa para analizar el “todo” y actuar en consecuencia a través de una información panorámica del capital humano, los departamentos y sus aptitudes manifiestas o latentes. • Estimula la formación de relaciones interinstitucionales valiosas con actores del entorno social.

Ventajas para la persona trabajadora voluntaria

Fortalece el vínculo entre la empresa y la comunidad con la que se relaciona para potenciar el buen funcionamiento, sostenibilidad y supervivencia recíproca.
Aumenta el impacto en la sociedad de los proyectos que está implementando una empresa en materia de responsabilidad social.
Contribuye a la mejora de la calidad de vida en el entorno en el que las empresas operan.
Dispone de nuevos canales de comunicación sobre la situación de la comunidad y cuáles son los problemas y necesidades que surgen.
Genera o fortalece un desarrollo integral de las personas trabajadoras en diferentes competencias, muchas de ellas ocultas en las condiciones de trabajo habituales.
Permite utilizar su iniciativa y creatividad en contextos laborales nuevos.
Fomenta la solidaridad, la empatía interdepartamental y el trabajo en equipo, y eleva la moral y autoestima de las personas empleadas, lo cual repercute no sólo dentro de la empresa sino en sus hogares y círculos sociales.
Realiza una tarea que surge de su interés y su sensibilidad hacia los problemas sociales, en la que puede tener la iniciativa y que es efectivamente útil.
Tiene una visión general de la empresa, más allá de las limitaciones de su puesto o departamento.
Asiste a las personas que están cerca de la jubilación anticipada para valorar de nuevo habilidades y a planear para las nuevas opciones de la carrera u oportunidades posibles el ofrecerse voluntariamente en el retiro.

Ventajas para la comunidad

Se incrementa la base de personas voluntarias disponibles. Se involucran más personas, y la experiencia es difundida por quienes participan en sus círculos sociales: trabajo, familia, amistades, etc.
Sensibiliza a aquellas personas que, por lo general, no se preocupan de este tipo de iniciativas, por lo que el voluntariado empresarial es una buena puerta de entrada a dichas experiencias.
Fomenta la inversión social de las empresas en la comunidad y en las organizaciones sin fines de lucro.
Recibe ayudas que permiten paliar déficits sociales de tipo económico, cultural, educativo, sanitario, entre otros, contribuyendo a la regeneración de las zonas.

Ventajas para las entidades de voluntariado

Pueden contar con el acceso a servicios profesionales a bajo o nulo coste para resolver problemas cotidianos de gestión u organización.
Incorpora nuevas habilidades, energías, enfoques y consideraciones conceptuales y estratégicas en torno a su actividad y su relación con las empresas.
Consigue una mayor sensibilización hacia colectivos con problemas: las personas empleadas voluntarias pueden difundir los valores y compromisos de las ONG a través de sus círculos sociales y profesionales. Mayor divulgación de las causas.
Incrementa la provisión de voluntarios y voluntarias (sobre todo desde una franja poblacional poco interesada en estas actividades) y las donaciones.
Posibilita futuras colaboraciones (económicas o de otro tipo) a raíz de la participación en programas de voluntariado que se pueden resituar, reformular o especializar en el futuro.

Implementación

Para un correcto desarrollo de la iniciativa de voluntariado empresarial, se recomienda seguir los siguientes pasos:

Reflexionar internamente sobre la implicación social de la empresa. Perfilar la filosofía y estrategia en Responsabilidad Social y voluntariado corporativo analizando prioridades y necesidades. Marcar la misión, visión y valores en este terreno.
Debatir prismas y marcar el liderazgo y recursos disponibles. Discernir el posible diseño y coordinación de la iniciativa voluntaria, así como los recursos disponibles a asignar.
Involucrar a las personas trabajadoras en una cultura corporativa. Identificar los deseos, intereses, preferencias, disponibilidad a participar e ideas del capital humano a través de su integración en el diseño de una campaña de voluntariado.
Diagnosticar previamente las necesidades de la comunidad. Analizar las oportunidades de colaboración y déficits de la comunidad para marcar los objetivos y buscar la metodología más adecuada.
Diseñar estrategias y el programa en función del diagnóstico. En función del diagnóstico sobre necesidades y expectativas de trabajadores, empresa, comunidad y stakeholders relevantes previamente identificados, se crea la planificación con el modelo más adecuado de voluntariado.
Publicitar iniciativas y reclutar personal. Dar a conocer, implicar y reclutar capital humano para las iniciativas.
Realizar su puesta en marcha, seguimiento, evaluación y comunicación. Formalizar los acuerdos e iniciativas, monitorizar los procesos con especial atención a los objetivos y estrategias anteriormente marcados y comunicar los resultados de las acciones implementadas tanto interna como externamente.